La actual crisis migratoria que vive Cuba, centrada principalmente en el movimiento de cubanos hacia territorio estadounidense, trae disímiles consecuencias negativas para el país. La vida económica y política sufre el impacto del éxodo masivo y el saldo que esta deja a su paso aumenta paulatinamente las motivaciones por la cuáles se produce la misma.
Basado en datos aportados por especialistas con respecto a la estructura demográfica, es posible descartar que se produzca un incremento significativo en la tasa de crecimiento del PIB del país. El trabajo, en cualquier país pero sobre todo en uno subdesarrollado y empobrecido como lo es Cuba, constituye un elemento clave en la producción para el desarrollo. A la disminución del personal para la realización de todo tipo de trabajo, se suma la ineficiente gestión económica del gobierno. Las inversiones se han concentrado en el sector inmobiliario, aunque no en lo que respecta al fondo habitacional. A la par se han descuidado sectores productivos imprescindibles como la agricultura.
Consecuencias estructurales del éxodo masivo
Para Cuba es una tarea de orden prioritario superar su actual crisis estructural y para ello es necesario que el producto interno experimente altas tasas de crecimiento, sobre todo en los sectores productivos. Lamentablemente el PIB del país entre 2017 y 2021 tuvo una variación promedio anual del -1,3%. En 2020 se contrajo en un 10,9%, a causa de la pandemia y en 2021 se recuperó solo un 1,3%.
Por otra parte, en la primera mitad de 2022 el crecimiento interanual fue del 10,9%, mientras en el mismo período de 2021 había sido de 12,7%. Esto demuestra como aún no se ha recuperado el país de la drástica caída que tuvo su producto interno en 2020. En la segunda mitad de 2022 el crecimiento ha sido de 1,7% con respecto al mismo período del año anterior.
Según datos recogidos por expertos, el producto bruto sectorial experimentó una contracción en la primera mitad del año. Los sectores afectados y que mayor importancia revisten para el sustento del país son la agricultura, la industria azucarera, la pesca, el suministro de electricidad, agua y gas, entre otros. En los meses siguientes disminuyeron su productividad la salud pública y el comercio. Los resultados más alentadores se encuentran en la construcción y los servicios empresariales e inmobiliarios.
El éxodo masivo como prueba del fracaso del gobierno cubano
En un panorama tan desfavorable la migración masiva de cubanos hacia otras partes del mundo y mayoritariamente a territorio norteamericano, no funciona sino como un factor que agrava dichas condiciones. Las contribuciones al fisco y el sistema pensional son solo algunas de las áreas que se ven gravemente afectadas por la migración incesante de miles de cubanos cada año. Contrario a lo que se pudiera esperar, esto no tiene por qué significar un aumento de las remesas a corto plazo, y aunque a mediano plazo sí lo haga, el país se encuentra es una alarma que requiere de soluciones inmediatas.
Este éxodo masivo constituye una prueba irrefutable del fracaso del sistema de gobierno cubano actual, que durante décadas ha impuesto su voluntad aún por encima de la vitalidad del propio país y de su gente. Los jóvenes no encuentran perspectivas de un futuro mejor en su país y por eso constituyen un sector de la población que emigra masivamente en búsqueda de otras posibilidades y con ellos se llevan las esperanzas de salvación de un país que se queda viejo y sin encontrar una salida viable a su crisis actual.
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